AL CALOR DE UNA BROWN ALE EN UN BAR

Al calor de una Brown Ale en un bar

Una historia de cerveza y seducción

Prólogo

Cervecomicón plantea un tema para retomar La Ronda y aunque otros lo han explicado mejor, apelando a la sencillez, la idea que se plantea es “¿hace falta saber mucho de cerveza para poder opinar, o basta saber si te gusta o no?”.


Os voy a contar una historia.

Ayer, tras una agotadora jornada de trabajo, me propuso mi mujer ir a tomar algo. Tan sorprendido como alegre le dije que por supuesto, mi dicha se incrementó cuando me permitió escoger local, así que fuimos a mi bar cervecero de referencia.
Nos acomodamos en la barra, hicimos los chascarrillos habituales con el camarero y nos dedicamos a contemplar en éxtasis la pizarra. Yo me esperé a que pincharan una Ayinger Fruhlingsbier, y ella se fijó en una Brown Ale de producción nacional.
Nos pusieron las bebidas delante y la conversación pasó de lo que habíamos hecho por la tarde a lo que íbamos a hacer por la noche.
En ese momento mi mujer se excusó, “tengo que ir al baño” me dijo. En su ausencia, en vez de perderme en el móvil tomé su vaso, lo miré al trasluz, agité el líquido suavemente en círculos, aproximé mi nariz, tomé un breve sorbo y volví a déjalo sobre la barra.
Cuando giré el rostro ella ya volvía hacia mí, con una sonrisa en la cara se sentó lo más cerca que permitían las banquetas de la barra.
Incliné mi cabeza, puse mis labios junto a su oreja y le susurré… “butírico
¿Cómo? Me respondió ella intentando hacerse oír por encima de la música del bar.
Abrazándola con dulzura busqué su otro oído y, con un cálido aliento repetí, “butírico, tu cerveza huele como a vómito, es un olor no aceptado por ese estilo (bueno, en realidad por ninguno)”.
Hasta ese momento ella llevaba dos tercios de la cerveza y un gesto de satisfacción después de más de diez horas de trabajo, lo cambió por una nariz arrugada y un deje de disgusto.

  Epílogo

¿Era necesario fastidiarle el final de la tarde? Mi autoestima como cervecero aficionado dice que sí, pero esta mañana no ha querido desayunar conmigo.
En aras de la felicidad conyugal me han recomendado que la próxima vez que compartamos intimidad y barra me guarde mis opiniones para mí o si eso que lo escriba para aquellos que les interese, que parece que son minoría.


brown ale; LaRonda; experto; cervecero; craft beer
Podría ser yo, podrías ser tu...

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